Conducción económica
La conducción económica consiste en un conjunto de prácticas cotidianas que permiten al conductor reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2.
Optimización del uso de la caja de cambios
Con una caja de cambios manual, arranque con suavidad y cambie inmediatamente a una marcha más larga. En fase de aceleración, efectúe pronto los cambios a una marcha superior.
Con una caja de cambios automática, dé prioridad al modo automático, sin pisar con fuerza ni bruscamente el pedal del acelerador.
El indicador de cambio de marcha le propondrá introducir la marcha más adecuada: cuando la indicación aparezca en el cuadro de instrumentos, sígala lo antes posible.
En los vehículos equipados con cajas de cambios automáticas, este indicador solo aparece en modo manual.
Conduzca con suavidad
Respete las distancias de seguridad entre vehículos, favorezca el freno motor con respecto al pedal del freno y pise el acelerador de forma progresiva. Estas actitudes contribuyen a ahorrar carburante, reducir las emisiones de CO2 y atenuar el ruido de la circulación.
Cuando las condiciones del tráfico permitan una circulación fluida, si el vehículo dispone de programador de velocidad, utilícelo a partir de 40 km/h.
Limite el uso de los sistemas eléctricos
Si, antes de iniciar la marcha, hace demasiado calor en el habitáculo, ventílelo bajando las ventanillas y abriendo las salidas de aire, antes de encender el aire acondicionado.
A velocidad superior a 50 km/h, cierre las lunas y deje los aireadores abiertos.
No olvide utilizar el equipamiento que permite limitar la temperatura del habitáculo (persiana del techo corredizo, estores...).
Corte el aire acondicionado, a menos que sea de regulación automática, una vez que se haya alcanzado la temperatura de confort deseada.
Apague los mandos del desempañado y desescarchado, si no se controlan automáticamente.
Apague lo antes posible los asientos calefactados.
No circule con los faros normales ni los faros antiniebla encendidos cuando haya suficiente visibilidad.
No deje el motor en funcionamiento, especialmente en invierno, antes de introducir la primera marcha; el vehículo se calentará con mayor rapidez durante la circulación.
Si viaja como pasajero, evite utilizar continuamente los dispositivos multimedia (vídeo, música, videojuegos, etc.); así contribuirá a limitar el consumo de energía eléctrica y, por lo tanto, de carburante.
Desconecte los dispositivos portátiles antes de abandonar el vehículo.
Limite las causas de consumo excesivo
Reparta el peso en el vehículo y coloque los objetos más pesados al fondo del maletero, lo más cerca posible de los asientos traseros.
Limite la carga del vehículo y minimice la resistencia aerodinámica (barras de techo, portacargas, portabicicletas, remolque...). En su lugar se recomienda utilizar un maletero de techo.
Retire las barras de techo o el portacargas después de utilizarlos.
Al finalizar el periodo invernal, cambie los neumáticos de nieve por los de verano.
Respete las indicaciones de mantenimiento
Revise con regularidad y en frío la presión de inflado de los neumáticos, consultando la etiqueta situada en el vano de la puerta del conductor.
Efectúe esta revisión especialmente:
No olvide revisar también la rueda de repuesto y los neumáticos del remolque o la caravana.
Realice un mantenimiento regular del vehículo (aceite, filtro de aceite, filtro de aire, filtro de habitáculo, etc.) y siga el calendario de las operaciones recomendado en Plan de mantenimiento del fabricante.
Con un motor diésel BlueHDi, cuando el sistema SCR falla, el vehículo se vuelve contaminante. Acuda lo antes posible a un CITROËN o un taller cualificado para restablecer el nivel de emisiones de óxidos de nitrógeno del vehículo conforme a la normativa.
Al llenar el depósito, no insista después del tercer corte de la pistola para evitar que se derrame carburante.
En un vehículo nuevo, observará que el consumo medio de carburante se regulariza después de los 3 000 primeros kilómetros.